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¿Te han dicho alguna vez que te falta optimismo, que eres una “persona negativa”? Ser alguien que piensa de forma negativa puede molestarnos a nosotros o a nuestro entorno y así nos lo hacen saber.

Nos abrumamos porque nos encantaría ser más optimistas, ver las cosas de colores cuando solamente las vemos en blanco y negro, poder sonreír más, quitarle peso a los problemas y encontrarles una solución (y si no se la encontramos, no agobiarnos),…

Pero… ¿cómo se consigue eso? ¿Por dónde se empieza?

¡Vamos a aprender a ser más optimistas!

¿Qué es el Optimismo?

El presidente de EEUU Abraham Lincoln dijo: “Nos podemos quejar porque los rosales tienen espinas o alegrarnos porque los espinos tienen rosas”.

¿Qué quería decirnos Lincoln con esta frase? Que depende de nuestra perspectiva, el resultado puede ser diferente. Ya has oído eso del vaso medio lleno o medio vacío, ¿verdad? Pues lo mismo.

El Optimismo, Esperanza o Proyección al Futuro es la disposición a ver las cosas de forma positiva. Intentar ver el lado “bueno” a las cosas y no quedarnos con lo que no nos parece tan agradable.

Las personas con perspectivas optimistas tienden a evaluar las experiencias e incluso las relaciones con otras personas, desde un enfoque constructivo y favorable. Confiando así en un futuro esperanzador y considerando que los esfuerzos realizados ahora llevarán a buenos y óptimos resultados.

Esta fortaleza favorece que las personas tengan un mejor autoconcepto de sí mismos, así como buena opinión acerca de los demás.

El rasgo Optimismo o Esperanza es uno de los que conforman las 24 fortalezas personales que recoge el “Manual de Virtudes y Fortalezas del Carácter” (Characther Strengths and Virtues, 2004) de Chistopher Peterson y Martin Seligman. Este rasgo entraría dentro de la virtud de la “Trascendencia”: aquella que nos conecta con el universo y nos provee de propósitos.

¿Qué beneficios tiene el Optimismo?

Ser una persona optimista tiene efectos muy saludables tanto en nosotros/as mismos/as como en las relaciones que mantenemos en los demás. Adoptar una perspectiva positiva puede ayudarnos a afrontar el día a día con mayor facilidad y a ser más eficaces en el manejo de situaciones que nos producen malestar. Así, cultivar tu Optimismo te proporcionará múltiples beneficios:

  • Te facilitará poder mantener relaciones sanas con los demás. Te sentirás más a gusto relacionándote con el resto y la gente se sentirá mejor teniendo a su lado a alguien que les traiga paz, esperanza y buenas sensaciones.
  • Es una alternativa a los pensamientos negativos que te están causando daño. Te ayudará a alejarte de una forma nociva de pensar que te puede estar bloqueando, impidiéndote avanzar o poniéndote trabas, haciéndote sentir mal e imposibilitando alcanzar tus objetivos y bienestar.
  • Incrementará la confianza en ti mismo/a al percibir que puedes alcanzar tus metas personales y profesionales. Por lo que un mundo enorme de posibilidades se abrirá ante ti. Eso te dará calidad de vida.
  • Te ayudará a adaptarte con mayor facilidad a todo tipo de situaciones, incluidas las novedosas. Si confías en tus posibilidades y recursos, la preocupación por lo que vendrá desaparecerá, llenando tu vida de tranquilidad y confianza.
  • Hará que las personas que te rodean deseen pasar más tiempo contigo. Relacionado con puntos anteriores, la gente sentirá que cuando estás presente, hay un oasis de de serenidad y bienestar emanando de ti, por lo que querrán estar y pasar más tiempo junto a ti.
  • Serás capaz de afrontar situaciones complejas siendo capaz de generar alternativas de resolución de problemas. Cuando sientes confianza en ti mismo/a, la resolución de problemas es más efectiva y productiva.

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Dificultades para desarrollar el Optimismo

Ser optimista no es tarea fácil y habrá veces que nos cueste más (o no sepamos cómo serlo). Esas dificultades pueden ser, por ejemplo:

  • Querer ser optimista SIEMPRE. Cuando nos presionamos y forzamos a ser siempre y en todas las ocasiones optimistas (y no es nuestra forma habitual de tomarnos las cosas), acabaremos sintiendo emociones desagradables y nos frustraremos. Se trata de ir poco a poco, cambiando algunas actitudes hasta que sea algo natural.
  • Creer que todos los problemas son iguales para todo el mundo. Cada persona puede interpretar las situaciones complicadas de una forma, por lo que su afrontamiento y cambio al positivismo también.
  • Vivir en el pasado y en conductas ya automáticas: pensar que no es posible cambiar. Porque siempre hayamos tenido un punto de vista más parco, no quiere decir que tenga que seguir así para siempre, se trata de desaprender para aprender una forma más productiva de pensar.
  • Etiquetarse como una persona “negativa”. Cuando creemos a pies juntillas que somos algo (y nos definimos con ello), va a costar más quitarnos la losa y poder comenzar a interiorizar nuevas actitudes y formas de vernos e ir desarrollando un nuevo “yo”.
  • Victimizarnos o creer que nos merecemos lo que nos pasa (sentimiento de culpa). Podemos desarrollar la idea de que si nos va mal es porque nos merecemos pasarlo mal. Esta forma de pensar y afrontar el día a día nos dificultará a la hora del cambio positivo de pensamiento. Todos nos merecemos ser felices, por lo que si no hay fundamentos estables, objetivos y claros de que no te mereces ser feliz, esa forma de pensar es errónea y destructiva: NUNCA te ayudará a sobreponerte y crecer como persona.
  • Rodearnos de personas negativas, ambientes negativos o situaciones que te lo propicien (ver telediario solo con desgracias, que solo que cuenten problemas,…). Necesitamos equilibrar la información positiva y negativa de la que nos rodeamos.

¿Cómo podemos aumentar nuestro nivel de Optimismo?

Bueno, llegamos a la parte que realmente estabas buscando: el cómo.

Te proponemos 12 ejercicios de la adaptación del “340 Ways to Use VIA Character Strengths”, que te ayudarán a sacar y desarrollar tu Optimismo:

1.      Recuerda una situación en la que tú, o alguien cercano a ti, superó un obstáculo difícil y tuvo éxito. Recuerda este precedente, cuando te enfrentes a una situación similar. Recordar un hecho pasado exitoso nos otorgará la motivación para afrontar la situación presente con optimismo y esperanza.

2.      Haz una lista de todas las cosas malas que te sucedieron el día anterior. Después encuentra al menos dos aspectos positivos de cada una. Forzarnos a ver el lado positivo de las cosas puede traernos beneficios, pues cambiamos las sensaciones negativas que surgieron en esas situaciones, transformándolas en positivas. El recuerdo futuro de esas situaciones no será tan desagradable.

3.      Visualiza dónde quieres estar después de uno, cinco y diez años. Dibuja un camino que puedes seguir para obtenerlo. Incluye pasos manejables y maneras de trazar tu progreso. Creamos una especie de “mapa del tesoro” en el que vamos paso por paso hasta alcanzar nuestras metas.

4.      Registra tus patrones de pensamiento negativos y positivos (escríbelos en una libreta, por ejemplo) y observa cómo afectan a tu rendimiento futuro. Escribe lo que pensaste y qué sucedió después de pensar así. Intenta generar pensamientos más positivos y mira si tu rendimiento mejora.

5.      Lee acerca de alguien que tuvo éxito a pesar de las dificultades y contratiempos. Busca puntos en común con tu vida y los obstáculos que compartes con esa persona. Inspírate en esa persona para motivarte y ayudarte a mantener un punto de vista más esperanzador y luchador.

6.      Recuerda malas decisiones que tomaste en el pasado, perdonarte a ti mismo/a y mira cómo se pueden tomar mejores decisiones en el futuro. Aprende de tus errores en lugar de sentirte perseguido/a por ellos. El pasado está para aprender.

7.      Cuando te enfrentes a la adversidad, céntrate en cómo te sobrepusiste a alguna situación complicada similar en el pasado. Deja que tus éxitos sean el precedente para tus actividades futuras. Si lo pudiste lograr en el pasado, ¿por qué ahora no?

8.      Ensaya mentalmente tu próximo reto. Piensa cómo va a gestionar los obstáculos en lugar de intentar eliminarlos. Esto te dará mayor seguridad al sentirte más preparado a sobreponer los problemas que se puedan presentar.

9.      Durante las próximas tres tareas desafiantes que se te presenten, identifica lo que te funciona mejor. Piensa cómo actuar correctamente o sigue tu patrón de actuación fielmente. Influye en tu futuro utilizando tus fortalezas.

10.  Escribe sobre tres de tus logros pasados detalladamente y deja que te inspiren en el futuro. Deja tus escritos en un lugar en el que normalmente sientas esa presión o agobio, como por ejemplo en el cajón del escritorio. También puedes colocar objetos que te recuerden esos triunfos cada vez que los veas.

11.  Rodéate de amigos/as optimistas y con mentalidad hacia el futuro, sobre todo cuando te toque enfrentarte a una dificultad. Acepta sus ánimos y ayudas, y hazles saber que vas a hacer lo mismo por ellos cuando lo necesiten.

12.  Organízate dos veces por semana un momento (unos 15 minutos) para hacer una lluvia de ideas optimistas. Escríbelas junto a una lista de acciones para hacerlas realidad. Comenta y debate tus ideas con tus amigos/as para reforzarlas o buscar alternativas que te ayuden más con tus objetivos.

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Recomendaciones de libros y películas relacionados con el Optimismo

Existe infinidad de referencias bibliográficas donde se habla o se muestra cómo adquirir o mejorar eso que tanto ansiamos: ser optimistas. Entre ellos, se encuentran los siguientes:

Las gafas de la felicidad” (Santandreu, R; 2014)

Viaje al optimismo” (Punset, E; 2011)

Optimismo inteligente” (Avia, M. D y Vázquez, C; 2011)

El optimismo” (Alberoni, F; 1998)

Aprenda optimismo” (Seligman, M. E. P; 2004)

Por otro lado, también podemos observar el rasgo en las siguientes películas:

“Lo que el viento se llevó” (1939)

“La vida es bella” (1998)

“El indomable Will Hunting” (1997)

“Campo de sueños” (1989)

“Cinderella Man” (2005)

“La escafandra y la mariposa” (2007)

 

Dicen que ser feliz no es un estado, sino una actitud. Ver tu mundo más positivo parte de cómo interpretas y tu punto de vista.

Déjanos en comentarios cómo haces tú para ser más optimista en tu día a día. De esta forma, iremos creando un listado de acciones que nos pueden ayudar a todos/as 🙂

María Cartagena

La psicología ha sido desde el principio una devoción sin la que no imagino mi vida ni la de los demás, puesto que es algo que siempre nos ha acompañado, nos acompaña y lo hará en un futuro. La Psicología es la ciencia que estudia al ser humano con unos ojos científicos, pero con un “alma” pasional.

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