¿Te gustaría saber cómo ser más sociable? ¿Crees que no se puede lograr? Hay muchas personas que consideran que ser sociable es algo con lo que se nace y que no se puede entrenar. Pero no es así. Somos seres sociales por naturaleza y es una de las capacidades que tenemos las personas más entrenables.
Ser sociable cuando eres tímido o introvertido no es fácil. Seguramente has probado ya los típicos consejos de “sé tú mismo/a”, “aparenta seguridad”, “no tengas miedo a hablar”. Y ninguno de ellos funciona.
Conocer gente es algo complicado. Supone un esfuerzo que puede que se traduzca muchas veces en nada. Pero, ¿y si te digo que es mucho más sencillo de lo que crees?
La clave es seguir estas pautas de las que vamos a hablar sobre cómo ser más sociable y que han demostrado su eficacia científicamente para conectar con la gente y vencer esas barreras que te bloquean.
En este artículo quiero enseñarte algunos consejos sobre cómo ser más sociable y tener una personalidad más abierta.
¿Por qué ser más sociable?
La mayoría de las personas creen que la felicidad se obtiene mediante la riqueza, fama o poder. Pero un estudio de Harvard que desde 1038 ha seguido y examinado la vida de más de 700 personas, sugiere que ni la cantidad de dinero que se posee ni el renombre que se recibe son indicadores de ser feliz ni tener una vida más larga.
Un indicador mucho más importante de salud y bienestar a largo plazo es la fortaleza de las relaciones con tu familia, amigos y parejas. Una de las conclusiones a las que llegó dicho estudió fue que cuánto más solo se sentía alguien, más problemas de salud y menos esperanza de vida tenía.
¿Cómo ser más sociable?
1. Vence tu timidez paso a paso.
Muchas veces cometemos el error de querer las cosas ya y no tenemos en cuenta que las cosas van poco a poco. Piensa en cómo lo harías para correr una maratón, ¿Te presentarías allí el día de la carrera sin haber entrenado antes? No, ¿verdad? Sería algo incoherente porque no estarías preparado ni física ni mentalmente para acabarla y seguramente te pararías enseguida y acabarías agotado/a.
Lo mismo ocurre con conocer gente y saber cómo ser más sociable. No sería recomendable hacerlo directamente sin haber entrenado antes.
Empieza con retos asequibles como darle conversación a alguien que te encuentres o a algún/a camarero/a de un bar que frecuentes. Cuando veas que te encuentras cómodo/a y seguro/a, ponte retos más complejos.
A esta técnica se le llama exposición gradual. Sé que no es agradable porque la idea es que te expongas a tus miedos e inseguridades, pero es efectiva.
Por muchos libros de autoayuda que leas o charlas que asistas, no vas a encontrar la fórmula mágica para tener más confianza en ti mismo/a. La clave está en enfrentarse y pasarlo mal en un momento dado para luego superarlo.
La confianza no surge antes de actuar, si no después. No esperes para hacer las cosas a sentirte confiado o relajado, hazlo aunque sea nervioso/a.
2. Gestiona tus pensamientos negativos.
Puede que tu miedo al rechazo, a no encajar o a hacer el ridículo te paralice. Todo esto es el resultado de tus pensamientos, eso que nos decimos a nosotros mismos desde el momento en que sabemos que vamos a hacer algo.
Y precisamente, esos pensamientos no paran de decirnos todo aquello que podría salir mal para que no nos arriesguemos (es su manera de protegernos). Pero también nos perjudica al evitar que nos enfrentemos a nuestros miedos.
No es necesario luchar contra tus pensamientos y autoengañarnos con tener pensamientos positivos o decirnos lo bueno que somos. Mejor acepta y reconoce tus pensamientos negativos.
No quiere decir que les hagas caso, pero sí que no los rechaces ni huyas de ellos. Simplemente, actúa sin prestarles atención.
Un ejemplo que suele ocurrirnos a la mayoría de las personas cuando nos levantamos por las mañanas para ir a trabajar o a la universidad es decirnos: “uf qué pereza, ¿Y si llamo y digo que no voy”, o “me quedaría en la cama”
Pero, ¿qué acabas haciendo al final? Pues como todos, levantarte e ir porque no te queda de otra. Y a pesar de lo que tus pensamientos te digan, lo haces.
Lo que quiero decirte es que tus pensamientos negativos siempre van a estar ahí, pero tú eres el que eliges cómo actuar. Los pensamientos y las conductas no tienen que estar compaginados, son independientes.
Por ello, a pesar de todo lo que te diga tu mente, haz las cosas que te propongas. Sal e interactúa, con o sin miedo.
3. Reconoce tus emociones.
Intentar ocultar nuestras emociones o nervios lo único que nos va a ocasionar es otro problema. Si no es suficiente con lidiar con tus nervios, con tu timidez y tus pensamientos, si añadimos a la ecuación tratar de ocultarlos ya se complica demasiado.
Se ha demostrado que reconocer y aceptar tus emociones, minimiza el impacto emocional que tienen éstas sobre ti.
Además, hace que las personas empaticen más contigo y no tengan tan en cuenta tus errores.
Un ejemplo para entrar a hablar con alguien puede ser éste. Eso sí, debe ser real lo que digas.
“Hola, soy un poco tímida y me cuesta decirte esto, pero he leído otros libros del autor del libro que estás leyendo y quería preguntarte si ese está también bien.
3. Técnica de la máscara.
Esta técnica es una de las estrategias que utilizan famosos y actores para no sufrir miedo escénico o que les afecte a su vida privada.
Se trata de crearte un alter ego, con una personalidad que te permita ser quién tú quieras y hacer cosas que de normal no te atreverías. Esto permite que, en caso de ser rechazado o hacer el ridículo, se critique al personaje y no a ti.
Esta técnica se suele utilizar mientras estas entrenado tu habilidad hasta que consigas saber cómo ser más sociable con tu personalidad, aplicando las mismas características que cuando interpretas el personaje. Porque el que las aprendes realmente eres tú.
No se trata de crearte un personaje para mostrarlo a los demás para siempre, porque puedes caer en la sensación de ser un impostor o sentirte menos al compararte con el personaje.
Más bien, se trata de tener una herramienta que utilizar en un inicio para atreverte a hacer cosas que de otra forma no lo harías.
4. Busca gente afín en las redes sociales.
Una de las ventajas de las redes sociales es que puedes conocer gente de todas las partes del mundo y que comparte tus gustos o intereses.
Seguramente habrá grupos o juegos que te gusten y que lo compartas con miles de personas. Prueba a interactuar con esas personas. Una vez ya tengas confianza con ellos, podéis hacer quedadas y conoceros en persona.
De esta forma, estarás ampliando tu círculo de amistades. Eso sí, no te límites únicamente a interactuar con gente detrás de una pantalla de ordenador o móvil. Esto es simplemente el medio para iniciar conversaciones o relaciones, no el fin.
5. Únete a grupos que realicen actividades.
Si te gusta algún deporte puedes incorporarte a un equipo o acudir a tertulias o cursos donde conozcas gente e interactúes con ellos.
Esto puede ser muy útil si en tu vida diaria no dispones de lugares donde salir de tu zona de confort.
Aquí, podrás poner en práctica las técnicas de cómo ser más sociable que hemos comentado anteriormente.
Eso sí, tendrás que buscarlos. Puedes buscar en tu ciudad o barrio actividades que estén programadas o equipos de deporte o grupos de música afines a ti. La idea es que vayas, te presentes y acudas asiduamente para conocerlos y que te conozcan.
6. Si alguna interacción no sale como esperabas, no te preocupes.
Conocer gente nueva, también implica aceptar que no todo va a salir como queremos ni que a todo el mundo le vamos a caer bien. Esto nos puede tirar atrás, pero no pasa nada.
Aprender a ser más sociable pasa por combatir nuestra timidez y ser más abiertos con los demás, incluso si los demás no son amables con nosotros en algún momento dado. Esto no nos debe afectar.
No te responsabilices por no caerle bien a alguien o no encajar en algún grupo. Hay muchas personas en el mundo con las que sí encajarán contigo y conectareis.
Pero para ello, debes practicar y buscar. Hay que tener paciencia, no esperes que la primera persona o grupo que escojas sean los definitivos. Puede que sí, pero si no lo es no tires la toalla y sigue intentándolo.
Una última reflexión.
Ser más sociable es posible pero requiere esfuerzo y paciencia.
Por ello, me gustaría que respondieses a esta pregunta: ¿Por qué quieres ser más sociable?
¿Realmente necesitas a más personas en tu vida o lo haces porque se supone que es lo que deberías hacer?
La sociedad nos ha vendido que para ser felices debemos ser extrovertidos y rodearnos de gente. No es del todo así. Lo que de verdad importa es la calidad que tengamos en nuestras relaciones y no la cantidad de amistades.
Porque puedes tener miles de amigos y sentirte solo o puedes tener un grupo pequeño y estar a gusto como si fuese una extensión de tu familia.
Si es el primer caso, quieres a más personas en tu vida, la receta es sencilla. Sal ahí fuera, aunque sea con miedo e inseguridad, y empieza a conocer gente. Algunos se quedarán y otros no. No importa. Céntrate en mantener a los que sí.
Suena fácil y difícil a la vez. Pero te aseguro que, con perseverancia, lo lograrás.
No hay fórmulas mágicas, solo hay que hacerlo. Sin más.
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