Si estás leyendo este artículo, lo más probable es que estés embarazada, así que ¡ENHORABUENA!
¿Conoces los cambios hormonales que se van a producir en tu cuerpo durante el embarazo? ¿Cómo crees que te afectarán a ti y a los que están a tu alrededor tus cambios de humor? ¿Cómo los puedes controlar?
Puede que estés de pocas semanas de embarazo o en la recta final. En ambos casos, te interesa este artículo porque vas a encontrar información sobre las hormonas y emociones que vas a vivir o estás viviendo desde el inicio hasta el final de la gestación.
Y sobre todo, te voy a ayudar a cómo las puedes controlar para que no te afecten con gran intensidad ni a ti ni a los que te rodean.
Conocer lo que está pasando o va a pasar en tu cuerpo es de suma importancia. Primero para no asustarte ante cualquier cambio y segundo para poder controlarlo se necesita identificarlo
Durante estos nueve meses de embarazo, vas a notar muchos cambios hormonales. Una cosa es saberlo en la teoría y otra muy distinta es vivirlo. Si no has sentido cambios aún, créeme que los notarás. Y si ya los estás viviendo, comprenderás a la perfección de lo que te estoy hablando.
Pero no hay que alarmarse porque todos estos cambios tienen un propósito, y es que tu bebé se desarrolle sano a lo largo de todos los trimestres.
Cada persona vive el embarazo de una forma distinta, y no todas las mujeres sufren los mismos síntomas. Al menos no en la misma intensidad. Hay algunos síntomas más desagradables que otros, como por ejemplo las náuseas y vómitos del inicio.
Pero no todas pasan los sufren por ejemplo, así que no temas. Esos síntomas no están para amargarte esa fase del embarazo, sino que tienen su propósito.
Vamos a ver un poquito de teoría necesaria para entender de lo que estamos hablando.
El ciclo menstrual es un proceso cíclico natural de la mujer que conlleva cambios hormonales con el propósito de preparar el organismo para conseguir un embarazo.
Estos ciclos varían desde los 21 a los 35 días y se inicia en el primer día de la menstruación y culmina el primer día de la menstruación siguiente. Esto es posible a dos hormonas la luteinizante (LH) y la foliculoestimulante (FSH), que aseguran que se produzca una ovulación cada mes.
A partir de aquí hay dos opciones:
- Si el óvulo no es fecundado, será expulsado y se producirá el sangrado menstrual.
- Si se produce la fecundación, el mismo óvulo comienza a producir desde este momento nuevas hormonas. Veamos cuales.
La hormona Gonadotropina coriónica humana (HCG). Esta hormona sería un ejemplo de las que hemos mencionado anteriormente que sólo las produce el cuerpo durante el embarazo. Se detecta en la sangre y en la orina, y es la que se utiliza en los test para el positivo.
Esta querida hormona, es la culpable de las náuseas y vómitos. Aunque su función principal es la estimulación de producción de progesterona y estrógenos, lo otro son efectos colaterales.
¿Qué es la Progesterona?
Esta hormona es muy importante durante el embarazo. Es la encargada de preparar el endometrio y hace que el útero aumente su grosor para preparándolo para la implantación del embrión; Digamos, que genera una especie de colchón para que nuestro bebé esté cómodo durante los 9 meses. Además de protegerlo!
A su vez, se genera un moco cervical que impide el paso de nuevos espermatozoides y cualquier sustancia que pueda entrar y dañar el feto. Durante el parto, este moco es una de las primeras cosas que se expulsan, lo que se conoce comúnmente como tapón.
Además de todo eso, la progesterona genera un efecto anti-inflamatorio, hipnótico (que genera más sueño), disminuye la retención de líquidos, y por último, ayuda al útero a relajarse para que no se produzca el alumbramiento antes del tiempo necesario.
¿Qué son los estrógenos?
Los estrógenos son las hormonas responsables del desarrollo de los caracteres sexuales en mujeres a partir de la pubertad. Así pues, son los responsables del crecimiento mamario, el inicio de la menstruación y el ensanchamiento de las caderas, entre otras cosas.
Durante el embarazo, el nivel de esta hormona en el cuerpo es mucho mayor que en cualquier otra etapa de la vida, y obviamente esto tiene efectos tanto anímicos como físicos.
Por ejemplo, nuestro cabello está más brillante y se cae menos. Alguna ventaja tiene que tener, ¿no?
Los estrógenos junto con la progesterona favorecen el crecimiento del útero para asegurar el desarrollo del bebé, el aumento de las glándulas mamarias y el aumento del flujo de sangre de la placenta para garantizar el aporte de nutrientes al bebé.
Al final del embarazo
En cuanto a hormonas, las dos principales son la oxitocina y la proclatina.
La palabra oxitocina proviene del griego y significa “parto rápido”. Es precisamente la hormona que nos ayuda a tener las contracciones, dilatando así el útero para que pueda salir nuestro bebé.
También interviene en la secreción de la leche materna cuando el bebé succiona.
- Es la encargada de promover las contracciones del útero durante el coito, que van a favorecer el transporte del esperma y su llegada hasta el óvulo para fecundarlo.
- La oxitocina participa en el control de las emociones humanas, está relacionada con el vínculo afectivo madre-hijo. Se ha comprobado que está relacionada con la activación en la percepción al llanto del bebé.
- También hay que destacar su efecto relajante y generador de bienestar. Lo que hace es inhibir a las hormonas responsables del estrés y la ansiedad.
La Prolactina por su parte, es una hormona que se genera en la glándula pituitaria y cuya función es esencialmente que las glándulas mamarias produzcan leche. Durante el embarazo, los niveles de prolactina aumentan de 10 a 20 veces.
Después del nacimiento del bebé, la prolactina se mantiene alta si la mujer amamanta. En las mujeres que no amamantan, los niveles de prolactina vuelven a los valores normales poco después de que dan a luz.
Durante la lactancia es más difícil (que no imposible) quedarse embarazada puesto que existen altos niveles de proclatina que hacen que se inhiba la producción de las hormonas folículoestimulante (FSH) y luteinizante (LH), que son las encargadas de la ovulación como hemos mencionado antes.
A mí en particular, me sorprende la cantidad de hormonas que actúan en nuestro cuerpo y apenas nos damos cuenta. Y digo apenas porque no somos conscientes de sus funciones (de todo lo que van haciendo y su importancia para que nuestro bebé esté bien).
Por el contrario, somos muy conscientes de los efectos que nos hacen sentir, sobre todo a nivel emocional. De esto si nos damos cuenta porque lo “sufrimos”.
Los cambios físicos son más comprendidos por nuestro entorno puesto que es algo que se va viendo a medida que avanza el embarazo.
Pero los cambios que vamos teniendo a nivel emocional cuestan más de entenderlos (sobre todo por nuestro entorno). Es como si estuviéramos montadas en una montaña rusa de emociones.
A continuación, te doy algunos consejos para llevar mejor los cambios que sufrimos durante el embarazo.
- Preparar el cuerpo y la mente para la maternidad. La decisión de tener un hijo es algo muy importante puesto que va a cambiar tus prioridades completamente. Es importante estar informada y preparada para los cambios físicos y psicológicos que van a venirte.
- El embarazo.
- Durante el primer trimestre, los cambios físicos más habituales son mareos, náuseas, vómitos e inapetencia sexual debido al cansancio y las molestias en el vientre. En cuanto a las emociones, se puede experimentar sentimientos contradictorios. Por un lado, alegría e ilusión por el hecho de esperar un hijo y, por otro lado, una gran preocupación por el estado de salud propio y del futuro bebé. Lo importante en esta etapa es darse tiempo para adaptarse y afrontar positivamente la nueva situación y contar con el apoyo de la pareja y de la familia.
- Durante el segundo trimestre, las molestias físicas suelen desaparecer en gran medida y los cambios hormonales se han estabilizado. Es un periodo de tranquilidad emocional dónde se aceptan los cambios en nuestro organismo y vuelve el deseo sexual. Disfruta todo lo que puedas esta etapa.
- Durante el tercer trimestre, debido al aumento de tamaño de la barriga aparece la dificultad para dormir, la micción frecuente, los dolores de espalda y el cansancio, entre otras molestias, que no ayudan al bienestar emocional puesto que aumenta la ansiedad por conocer al bebé, el miedo al parto y la inseguridad ante la crianza. Resulta fundamental una adecuada preparación para este momento tanto a nivel físico (con ejercicios como el yoga o el pilates) como mental (con técnicas de relajación, autoeficacia y autocontrol).
- La maternidad y el cuidado del bebé.Durante esta etapa hay riesgo de padecer síntomas ansiosos o depresivos ya que nuestros niveles hormonales bajan drásticamente y la presión por hacerlo bien pueden llegar a pasar factura. Es fundamental contar con el apoyo de la pareja y familiares (sin que ello suponga un estrés añadido) y también con el apoyo de los profesionales encargados de esta etapa tan importante para las madres como para los niños.
- No sirve de nada pensar en lo mal que lo estás pasando, así que en lugar de pensar en lo negativo, cada vez que te encuentres mal anímicamente busca 3 cosas buenas de ese día, ese momento o esa etapa.
- Realiza ejercicio físico moderado y acorde a las circunstancias de tu embarazo, esto te hará sentir mejor contigo misma, te ayudará a sobrellevar esos momentos de bajón no focalizando tu atención en ellos.
- Habla con tu pareja, tu familia o tus amistades sobre las emociones que en cada momento sientes, eso te ayudará a sacarlas y no guardarlas de una forma errónea o dañina para ti y para tu bebé.
- Come y duerme bien: No solo cuando estás embarazada necesitas regular estas dos cosas, pero ahora con mayor motivo, y es que comer y dormir bien, favorecen un estado mental sano y el equilibrio de emociones y bienestar.
- Pide ayuda profesional si sientes que tus emociones te desbordan hasta el punto de no disfrutar de tu embarazo. Un profesional especializado te dotará de más estrategias para tu caso concreto.
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Cuidar tu estado emocional y psicológico durante el embarazo es tan importante como atender tu estado físico. De hecho, el Colegio americano de Obstetras y Ginecólogos aconseja realizarse un análisis psicosocial en cada trimestre del embarazo.
Se trata de visitar al/la psicólogo/a perinatal para resolver preocupaciones y dudas y para conocer la forma más adecuada para afrontar la transición hacia la maternidad.
El estado emocional de la madre afecta al desarrollo del futuro bebé y repercute en su desarrollo social, cognitivo y emocional. Por eso resulta fundamental promover que ese entorno sea adecuado.