Si estás leyendo este artículo, puede que lo hagas por simple curiosidad, porque te gustaría recuperar el deseo hacia tu pareja, porque sientes que tu libido ha disminuido o porque desearías que tu chica fuese más activa sexualmente.
Pero sea cual sea el motivo de tu interés, en este post responderemos a la pregunta de si existe una Viagra Femenina, qué busca curar y hablaremos sobre si realmente resulta necesaria o si se trata de un negocio más de la industria farmacéutica.
Los orígenes de la Viagra ®
Todo comenzó cuando el laboratorio Pfizer quiso probar un compuesto (Sildenafil) para el tratamiento de enfermedades del corazón. Los resultados no fueron los esperados, de modo que se pidió a los participantes del estudio que devolviesen los medicamentos que se les había suministrado.
La sorpresa llegó cuando percibieron que muchos de estos hombres no querían devolver estas pastillas, ¿la razón? producían un efecto secundario muy deseable, que no era otro que el de conferir al pene un mayor flujo sanguíneo y por tanto, una potente erección.
Y así nació Viagra ®, la famosa pastilla de color azul que comenzó a venderse en 1998 y que, además de satisfacer a muchos hombres (y mujeres), también hizo lo propio a los accionistas de dicha compañía farmacéutica, puesto que hicieron un buen negocio de la disfunción eréctil masculina. Luego llegaron otros fármacos como Cialis ® y más recientemente Priligy ®, para la eyaculación precoz.
En busca de la Viagra Femenina
De este modo, si se han encontrado remedios eficaces para ayudar a solucionar los problemas sexuales que más preocupan a los hombres ¿por qué no lograr un compuesto químico que haga lo propio con la dificultad sexual que más preocupa a las mujeres? En el caso de ellas, se trataría de mejorar la falta de deseo o disminución del apetito sexual.
Ante esta realidad, organizaciones feministas declaran que se trata de una forma más de desigualdad de género entre hombres y mujeres. Ya que, según la asociación americana Even the Score, en español Iguala el Marcador, se están saboteando los ensayos clínicos de aquellos medicamentos que intentan facilitar la vida sexual a las mujeres, mientras que injustamente se están aprobando cada vez más fármacos para favorecer la sexualidad masculina.
Porque lo cierto es que la FDA (la agencia americana para la seguridad de alimentos y medicamentos) todavía no ha aprobado la comercialización de ninguna viagra femenina, y no por sabotear la sexualidad femenina, sino principalmente por las siguientes razones:
- Porque los fármacos presentados resultaron ser menos eficaces de lo que certificaban las farmacéuticas. Esto no es una sorpresa, puesto que los ensayos clínicos subvencionados por las compañías farmacéuticas tienen entre tres y cinco veces más posibilidades de obtener resultados positivos que aquellos subvencionados por otras fuentes independientes.
- Porque se exige que los medicamentos fuesen probados en una muestra mayor, es decir, en un mayor número de personas.
- Porque no se consideraban seguros o causaban efectos secundarios. Literalmente, resultaba ser peor el remedio que la enfermedad.
- Porque en los ensayos independientes resultó que los medicamentos no daban mejores resultados que el placebo. Explico esto: a las personas que participaban en el estudio les dieron un fármaco y les dijeron que era para aumentar el deseo sexual. A unas les dieron el fármaco real y a otras un placebo sin que ellas supieran que no era el fármaco real (normalmente el placebo es un compuesto hecho con azúcares y con la apariencia del fármaco real pero que no tiene ningún efecto). Ambos –fármaco y placebo-aumentaban el deseo sexual, lo cual quiere decir que el resultado positivo nada o poco tenía que ver con el medicamento en sí, sino a causas psicológicas.
- Porque los medicamentos que actuaban como la Viagra ®, llevando un mayor flujo de sangre hacia los genitales, no demostró predisponer a las mujeres para el deseo, es decir, no actuaron como viagra femenina. Únicamente provocaba mayor sensibilidad física en la zona y más lubricación, que dígase de paso, puede provocarse un efecto similar a éste con una sencilla aplicación de geles lubricantes y cremas a base de mentol de venta en tiendas eróticas y parafarmacias. Sin embargo los hombres, cuando ven y sienten su erección se muestran más seguros y dispuestos para el sexo. Los hombres suelen centrar su atención y su sexualidad en su erección y las mujeres en aspectos más psicológicos como las emociones.
Intentos fallidos de la Viagra femenina
La verdad es que se han presentado todo tipo de remedios descartados por las autoridades por uno o varios motivos de los descritos arriba. Estos son algunos de los más famosos y mediatizados: estudios con la propia Viagra ®, geles o cremas con testosterona (LibiGel de BioSante), la molécula flibanserina (de los laboratorios Boehringer Ingelheim) que inicialmente se pensó para tratar la depresión y que reduce la serotonina y aumenta la dopamina (hormonas implicadas en la respuesta sexual humana) en el cerebro.
Otros productos descartados fueron: una caja con electrodos que se implanta en la columna vertebral de las mujeres (Orgasmatrón, de Stuart Meloy) y daba una descarga eléctrica al accionarlo mediante control remoto.
También un inhalador llamado Bremelanotide (de Palatin Technologies) o una crema denominada Viacreme, hecha a base de mentol y el aminoácido L-Arginina que favorecía la vasodilatación del clítoris y las sensaciones de frío- calor y que costaba la friolera de 90 euros (hoy en día podemos encontrar productos similares en cualquier tienda erótica y parafarmacias a partir de unos 15 euros).
Por otra parte, en Europa si se aprobó en 2008 la venta de unos parches denominados Intrinsa (de Procter&Gamble), que liberan testosterona, una de las hormonas que intervienen en el deseo sexual.
Pero sólo mediante receta y en mujeres a las que, por razones de enfermedad, se les extirpó el útero y/o los ovarios y estaban tomando estrógenos. No obstante, este parche parece que también ha sido finalmente descartado por producir graves efectos secundarios.
Los últimos fármacos que se están probando
En la actualidad, las farmacéuticas prosiguen con sus intentos por dar con una viagra femenina que, de forma inmediata, provoque el deseo sexual femenino.
Entre estos experimentos tenemos tres tipos de fármacos que están en sus últimas fases de ensayos clínicos y que confían en obtener su aprobación: Las pastillas Lybrido (su compuesto elevaría el flujo sanguíneo de los genitales) y Lybridos (contiene un fármaco llamado Buspirone que se suele usar para tratar la ansiedad y que influye en los niveles de las hormonas serotonina y dopamina).
Y por último, ORL 101 (de Orlibid) que confía en la melatonina (la hormona relacionada con el sueño) para aumentar el deseo sexual.
Las compañías farmacéuticas en el punto de mira
Esta pugna de las compañías farmacéuticas por lograr el santo grial de la sexualidad femenina, lo muestra muy bien el documental Orgasm Inc. (2008) de Liz Canner. En él aparece una representante de New View o Nueva Visión; una asociación que denuncia la excesiva medicalización de la sexualidad y de otros aspectos de la vida cotidiana.
En concreto se señala a las compañías farmacéuticas como las responsables de aprovecharse de la falta de educación sexual, de las expectativas poco realistas de las personas acerca del sexo, y de otros factores. De forma que crean necesidades y enfermedades en personas que son totalmente sanas para luego venderles remedios curativos y así lucrarse millonariamente a su costa. Porque…
¿…necesitamos en realidad una Viagra Femenina?
En algunos casos sí se trata de una patología, denominada como Deseo Sexual Hipoactivo o Inhibido, pero en otros casos no lo es. Cada caso ha de ser valorado por un profesional sexólogo.
El Deseo Sexual Hipoactivo o Inhibido se caracteriza por una disminución o ausencia de fantasías y pensamientos eróticos, así como un escaso interés por las relaciones sexuales de todo tipo, incluida la masturbación.
Esta situación se produce constantemente aun disponiendo de las condiciones o circunstancias apropiadas (no se está en la menopausia, tiene una relación de pareja sin conflictos, etc). Se trata de una dificultad sexual que normalmente provoca un gran malestar tanto a la persona que lo padece como a su pareja.
La complejidad del deseo femenino
El deseo femenino es más complejo de lo que se hace ver en los medios de comunicación. De hecho, todavía está estudiándose. Resulta estar mediado por muchos factores y no solo por componentes físicos u hormonales. Y esto es algo que las compañías farmacéuticas parecen olvidar.
Normalmente, cuando pensamos la existencia de una Viagra Femenina, imaginamos una escena como la de Samantha Jones en Sexo en Nueva York, en la cual ella toma una Viagra femenina mientras está en la cama con un hombre e inmediatamente siente un deseo irrefrenable así como un orgasmo tan intenso que termina cantando cual soprano de ópera.
Pero la realidad es otra y la historia de Belén nos dará cuenta de ello:
Belén buscaba sentir un deseo profundo e irrefrenable que le hiciese sentirse viva. Tras cuatro años de matrimonio, anhelaba recuperar las ganas de tener relaciones sexuales, no sólo con su marido, sino también consigo misma. Pero las tareas del hogar, su trabajo a jornada completa y la crianza de su pequeña se convirtieron en el centro de su vida, dejando a un lado su propio bienestar y su sexualidad.
Entonces comenzó a sabotear las situaciones en que su chico se acercaba cariñosamente, pues se sentía agotada y poco motivada. Él, aunque paciente al principio, comenzó a reprocharle esta actitud. Ella empezó a sentirse “poco mujer” y poco atractiva. Sentía miedo por si esto le costaba el matrimonio. Incluso llegó a pensar que no era una persona normal y que tenía un problema.
Como se puede ver a través de este pequeño relato, hay muchas cosas que preocupan a Belén en su día a día y que pueden estar afectando a esa disminución de su deseo sexual (la crianza, el trabajo, las tareas domésticas…)
Y si estuviésemos hablando de otra mujer, posiblemente estaríamos mencionando otros motivos que no les permiten abandonarse al erotismo, como por ejemplo: experiencias traumáticas, el cuidado de una persona enferma, problemas económicos, una autoestima baja, una educación sexual pobre o conflictos en la pareja.
Por tanto, el componente fundamental del deseo es la psique, la mente. Y resolver un descenso en el apetito sexual implicaría intervenir en todo cuanto compone la experiencia psicológica de la persona: sus vivencias, sus problemas conyugales, sus conocimientos acerca de su cuerpo de su sexualidad, sus circunstancias laborales y sociales, sus expectativas…
A todo ello se añade un factor muy importante: que cada persona es única y que resultaría verdaderamente difícil hallar una píldora para todas las féminas por igual.
¿Pensáis que esa pastilla puede llegar solucionar todos los problemas o situaciones que están interfiriendo en el deseo sexual?
Como sexóloga opino que si se hallase un fármaco que ayuda a mejorar el deseo femenino, seguramente se debería de acompañar con un tratamiento terapéutico o un seguimiento sexológico personalizado a cada persona, puesto que cada caso es único.
Me gustaría aumentar mi deseo sexual, ¿qué puedo hacer?
Nos empeñamos tanto en alcanzar modelos de lo que debería ser la vivencia de la sexualidad (como por ejemplo, cuántas relaciones sexuales debemos tener al mes, a qué edad debemos de comenzar o dejar de tener relaciones sexuales, qué cuerpo es bonito y cuál no lo es…) que nos olvidamos de vivir nuestra propia sexualidad.
Porque, ¿quién te dijo que el deseo aparece de repente? ¿quién dice que antes de iniciar relaciones has de sentir deseo y no después de haberlas iniciado? ¿de quién has aprendido que desear es pernicioso o indecente? ¿crees que solo hay una forma de deseo?
Y así un largo etcétera de cosas que hemos integrado y que hacen incluso, nos cuestionemos si somos mujeres normales o si tenemos una enfermedad que curar, cuando lo cierto es que no nos ocurre nada extraño, es nuestra naturaleza. Una naturaleza por explorar, aceptar y disfrutar.
En ocasiones, solo hace falta reflexionar un poco sobre nosotros y nosotras mismas para ver qué es lo que no nos permite vivir la propia sexualidad con total libertad, incluyendo nuestra forma de desear. Y en esto nos puede ayudar un terapeuta o asesor sexual.
Una pastilla para todo
Sin embargo, nos encontramos en la sociedad de la inmediatez que, reforzada por las nueva era de la información y la comunicación, busca remedios que sean rápidos y que requieran del mínimo esfuerzo. Por eso se busca una pastilla para curarlo todo. ¿A quién no le gustaría tomar una pastilla para mejorar su autoestima?
Sería genial que con un poco de agua y una pequeña píldora pudiésemos superar un duelo, ser más inteligentes o curar el mal de amores. Pero hoy por hoy estos son aspectos que se pueden mejorar de otras formas que incluyen el esfuerzo personal y en ocasiones, la ayuda de un profesional.
Para concluir…
…decir que la sexualidad humana es algo más que un impulso animal a satisfacer de forma inmediata, sino se trata de una forma de comunicación, de juegos de seducción, de afectos, de sentimientos, de la relación con uno mismo y con el mundo que nos rodea.
Mientras que esperamos a la Viagra femenina, si te gustaría mejorar tu apetito sexual o desarrollar algún otro aspecto de tu sexualidad, siempre puedes recurrir a la ayuda de un profesional sexólogo, quien valorará tu caso y te propondrá un plan de acción adecuado a tus circunstancias.
Y tú, ¿qué opinas de la Viagra femenina?