Hablar de inseguridad puede abarcar más cosas de las que podemos pensar en un primer momento. Porque puede ser que te consideres una persona insegura o, por el contrario, puede que seas alguien que suele tener bastante confianza en sí mismo pero que, ante una decisión concreta o durante un período de tiempo determinado, te están asaltando muchas dudas y éstas terminan por paralizarte.
No importa si la inseguridad te ha acompañado durante prácticamente toda tu vida, o si ha aparecido en un momento puntual. Tampoco importa si surge ante problemas más sencillos como qué ropa ponerse, o ante problemas de más gravedad como declararse por fin a esa persona que te gusta, o decidir qué carrera hacer o si vale la pena continuar en tu empleo actual a pesar de las condiciones laborales.
Al final la inseguridad se reduce a dudar respecto a la toma de una decisión.
Una decisión suele implicar apostar por algo que no se sabe seguro si ocurrirá y/o exponerse a un posible resultado negativo para nosotros. Sentimos inseguridad al tomar decisiones porque nos da miedo elegir mal o no elegir la mejor opción.
Respecto a esto, hay que tener claro que la única manera de vencer nuestros miedos es enfrentándonos a ellos. Pero no te preocupes; si sigues leyendo este artículo, encontrarás 5 claves que pueden ayudarte a acabar con tu inseguridad y pasar a la acción.
1. Haz una lista de lo que temes y quítale el exceso de negatividad
Las personas tenemos tendencia a ponernos en lo peor, y muchas veces vemos los problemas más graves de lo que realmente son. Así que haz una lista de cada pensamiento que te hace sentir inseguro respecto a lo que te preocupa, y después reescríbelos de manera más realista (y si puede ser, positiva).
Posiblemente el que salga mal no sea tan probable como esperas, porque si no ni te plantearías tomar la decisión. Y en caso de ir mal, no será tan grave (las personas solemos exagerar las cosas negativas). Y voy más allá: ¿qué puede pasar si no sale como esperas? Quizás puedas hacer algo para enmendarlo, y si no puedes, no queda otra cosa que aceptar que así ha salido la situación.
Al menos lo has intentado. Mejor eso que no quedarse con la duda, ¿no? Pero estoy segura de que puede ser una desilusión (o lo que sea que te genere) con la que puedes convivir, sobre todo con el paso del tiempo, que siempre suaviza las cosas. Deja de poner el punto de mira en lo negativo, piensa en todo lo que puedes ganar.
Si sale mal, ya lo volverás a intentar. No importa lo que piensen u opinen los demás, ¿en qué va a afectar eso en tu vida?
Y, sobre todo, no seas duro contigo mismo. Todo el mundo comete errores y aun así puede seguir adelante. La gente que tiene seguridad en sí misma se toma las equivocaciones como aprendizajes, son experiencias que les servirán para futuras decisiones.
Reflexiona sobre todo esto una vez tengas escritos los pensamientos que te generan inseguridad, y percibirás la situación menos grave, con más calma y más seguro de tus posibilidades.
2. Haz actividades que te den un chute de energía
Decidir sobre algo que nos angustia es complicado y nos hace sentir mal e incómodos. Por eso puede ser de ayuda escuchar música animada, hacer deporte, etc., ya que son actividades que nos dejan en un nivel de activación y motivación que nos anima a dar el paso de tomar una decisión y actuar, dejando a un lado las inseguridades.
Puede que esta clave sea la más sencilla de las 5. Sin embargo, creo que es muy potente en empujarte a decidirte. Al menos en mi experiencia personal, escuchar música motivante para mí me ayuda mucho a lidiar con cualquier cosa; enseguida me sube el ánimo y hace que me sienta capaz y con ganas de hacer lo que sea.
A continuación te dejo un enlace a una de mis canciones motivadoras para que te hagas una idea de a qué me refiero (luego cada uno tiene sus gustos musicales). Quién sabe, puede que te guste y que pase a formar parte de tu repertorio “Canciones para quitarme la inseguridad”.
3. Cuida tu autoestima
Como hemos dicho antes, no importa si tu inseguridad está basada en muchas experiencias pasadas o si se debe a un acontecimiento puntual. Sentirnos bien con nosotros mismos y querernos tal como somos siempre tiene que ser una prioridad. Entre otras razones, porque es uno de los pilares que determinan la confianza que tenemos en nosotros mismos (y, en consecuencia, nos hará menos proclives a tener inseguridades).
Por tanto, es importante que hagas tareas que mejoren tu autoestima o que la mantengan alta, como por ejemplo:
- Hacer actividades que te gusten y en las que sientas emociones positivas: comer tu plato favorito, recibir un masaje, leer, pintar, salir con los amigos…
- Escribir al final de cada día como mínimo 3 cosas agradables que te hayan sucedido, por muy pequeñas o simples que sean. Por ejemplo, puede haberte gustado mucho salir a pasear y que te diera el sol en la cara, o haber tomado café tranquilamente en el desayuno…
- Describir 5 logros o éxitos que hayas tenido en tu vida, ya sea personal, académica, laboral… Si puede ser de cada ámbito, mejor. De lo que se trata es de que te des cuenta y mérito de qué características y recursos hiciste uso para salir con éxito en esas situaciones. Por ejemplo, para aprobar un examen muy difícil tuviste que ser muy perseverante, te esforzaste mucho; en una discusión con tu jefe, demostraste tener paciencia y autocontrol emocional para no perder los nervios (fuiste asertivo); con tu pareja has tenido valor para decirle aquello que te molesta que haga, etc.
4. Practica técnicas de relajación
Probablemente esto te suene mucho. Existen infinidad de maneras distintas de relajarse, pero no te agobies: puedes empezar simplemente cerrando los ojos y respirando hondo durante un minuto o dos. La respiración es un relajante natural, sólo hace falta prestarle atención.
La efectividad de la relajación no reside tanto sobre la manera en la que se practica, si no en ser constante en realizarla todos los días al menos una vez.
La respiración abdominal o la relajación progresiva son algunas técnicas de relajación que puedes investigar para ver cuál te es más cómoda de realizar. Pero no lo olvides: para notar los efectos, lo importante es hacerlo todos los días.
¿Y para qué? Bueno, tiene diversos beneficios para la salud física y mental. Respecto a la inseguridad, cuando estés en algún momento de indecisión, si realizas alguna de las técnicas mencionadas seguro que te sentirás mejor, más calmado y tranquilo, lo cual facilitará la toma de decisiones.
5. Atrévete
Voy a ser sincera contigo. Acabo de decirte algunos consejos que pueden ayudarte con tu inseguridad, para que no se convierta en algo que te afecte mucho en tu día a día. Pero no esperes que vaya a ser tan sencillo como seguir unas pautas y ya lo demás vendrá rodado, no. Esto puede ser una ayuda, pero la verdadera clave para combatir la inseguridad es atreverse.
Lanzarse, dar el paso, tener coraje y salir de la zona de confort. No busques más trucos o indicaciones; la solución para acabar con tu inseguridad está en ti. Sé valiente. Puede que ya lo hayas hecho en el pasado pero no le estés dando el reconocimiento que se merece, o puede que esta vaya a ser la primera vez. ¿Qué más da? Hazlo y punto. Sin pensarlo más.
A veces no se trata de esperar el momento y/o el lugar adecuados; lo único que hace falta para que empiece todo a rodar es que tú des el primer paso. Y para decidirte a hacerlo, no hay ninguna clave mágica. Sólo tus ganas de querer hacerlo, de atreverte, a pesar del miedo que puedas tener.
Pero una vez hayas tomado una decisión, notarás cómo la inseguridad y la ansiedad disminuirán mucho, si no del todo. Porque ya habrás hecho lo más difícil. Ya lidiarás más adelante con los resultados de tu acción, eso déjalo para el futuro porque no sabes cómo va a ser. Puede que salga bien o que salga mal, pero te aseguro una cosa: nada podrá eliminar la sensación reconfortante y de orgullo que sentirás cuando te hayas lanzado y hayas apostado por un camino.
En conclusión, para acabar con tu Inseguridad …
Atreverse es difícil. De lo contrario, no estarías leyendo este artículo. Pero confío en que las claves aquí mencionadas te ayuden a atreverte y terminar con la inseguridad, la cual desaparecerá antes cuando menos vueltas le des a si haces una cosa u otra. No postergues más tu sufrimiento, simplemente decántate por una opción, elígela aunque sea a cara o cruz, y ya no vuelvas atrás.
Sinceramente, creo que en el momento en el que nos planteamos una elección, decidir si hacemos algo o no lo hacemos, es porque tenemos ganas de llevarlo a cabo, pero nos echa para atrás que no pueda salir bien. Pero si tuviéramos claro que no nos queremos arriesgar, no nos lo plantearíamos siquiera, ¿no crees? Así que… ¿Por qué no decides algo ya, ahora mismo? ¿Qué es lo que te gustaría hacer?
Comparte esta publicación para que otras personas se atrevan a dejar su inseguridad atrás. Y anímate a comentar tu experiencia. ¿Te han servido estas claves? ¿Qué estrategias utilizas tú?
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