¿Alguna vez has sentido que no encajas? La ciencia en este tiempo ha ido avanzando mucho. Los avances respecto al cerebro van viento en popa. Lo que antes se clasificaba como raro, ahora tiene un nombre y es especial. Ser neurodivergente. ¿Te han hecho creer que es un problema ser especial?
Como todo, tiene sus ventajas y sus desventajas. A mucha gente le gustaría tener un cerebro que pensase más rápido de lo normal. ¿Quieres saber las ventajas de ser el “rarito”? ¿Le ponemos nombre y apellido? Acompáñame en este artículo. Vamos a descubrirlo.
Neurodivergencia, ¿qué es?
El término neurodiversidad fue acuñado en 1998, por la socióloga Judy Signer. Así que fue relativamente hace poco. Ser neurodivergente es una forma distinta de procesar el mundo. Una manera distinta de pensar, de sentir, de aprender. No es una enfermedad, es una variación del funcionamiento cerebral.
Las personas neurodivergentes, tienen un cerebro neurodivergente. Las personas neurotípicas, tienen un cerebro neurotípico. Su estructura, funciones y conexiones neuronales son distintas.
La neurodivergencia exige el uso del lenguaje eufemístico.
Esto quiere decir que hay una serie de cambios en la terminología. Como por ejemplo, cambiar “síntomas” por “rasgos”. “Tratamiento” por “apoyo”. O evitar el decir palabras como “cura” o “carga”.
Pueden tener algún diagnóstico específico o no. Entre ellos podemos encontrar: TDAH , dislexia, discalculia, altas capacidades intelectuales y el que más asociamos a la neurodivergencia, el autismo.
Fortalezas y dificultades
Como comentábamos al principio, todo tiene sus ventajas y desventajas. En este caso, las fortalezas de una persona neurodivergente entre ellas son:
- Creatividad.
- Pensamiento abstracto.
- Capacidad de concentración elevada.
- Memoria y conocimiento experto en un tema de interés.
- Astuta capacidad de análisis de problemas.
- Organización y metodología.
- Empatía emocional.
- Honestidad “extrema”. Consigo mismo y con los demás.
Estas fortalezas a la hora también de encontrar un trabajo pueden ayudar o entorpecer, dependiendo del trabajo. Por ejemplo, un trabajo donde sea todo cuadriculado o donde se desarrolle la creatividad. Ahí, van a valorar mucho a una persona neurodivergente. Podrá llevar ese proyecto a otro nivel que un neurotípico no podría.
Las personas neurodivergentes tienen mayor facilidad para la música. Como tocar un instrumento, cantar, componer o reconocer melodías. También la tienen para la pintura, o para cualquier arte, lo cual va regido por su creatividad y su pensamiento abstracto.
Todas estas ventajas o la mayoría se encuentran en un cerebro neurodivergente. Lo cual se consideraría como un pensamiento avanzado. A veces estas virtudes se pueden volver en su contra. Como la capacidad de análisis de problemas podría convertirse en una rumiación. En estar constantemente dándole vueltas a un problema, hasta que encuentre una solución. La cual puede existir o no, o puede depender del azar.
El perfeccionismo podría derivar en una baja tolerancia a la frustración. Normalmente, las personas neurodivergentes también presentan características de una persona altamente sensible. Lo cual puede tener consecuencias y puede derivar en algún trastorno del ánimo. Como podría ser la depresión o trastorno de ansiedad.
Pueden desarrollar también conductas adictivas, ya sea con alguna comida, bebida, redes sociales… Esto se debe a la fijación que pueden tener con algunas cosas.
Signos comunes en neurodivergentes.
Hay rasgos que podemos observar en una persona neurodivergente. De manera directa o no. Estas son las señales más comunes:
- Dificultad de concentración en actividades monótonas o aburridas.
- Sensibilidad sensorial, ya sean sonidos, texturas, luces…
- Dificultades sociales. Saturación social y agotamiento emocional.
- Intensa pasión por intereses muy específicos.
- Presentan dificultades con la organización de actividades.
- Tendencia al pensamiento literal. No comprenden ironías o sarcasmos.
- Dificultades con el sueño. Ya sea para conciliar el sueño, mantenerlo o retirarlo.
- Desafíos en habilidades motoras, tanto en finas como gruesas.
- Reacciones emocionales intensas.
- Índices académicos inconsistentes. Esto pasa porque en los temas de interés despuntará, pero en los demás no prestarán atención.
- Fuerte sentido de justicia.
Estos rasgos se pueden encontrar o no necesariamente. A cada persona le va a afectar de distinta manera una luz, o un sonido. O le va a molestar una textura u otra. La diversidad está presente en todos los rasgos. A parte, no comparten al 100% todas las personas neurodivergentes, todos los rasgos.
¿Te sientes identificado/a o ves reflejado a algún/a conocido/a?
Si después de repasar estar lista te ves identificado, o ves a alguien reflejado, seguramente su cerebro funcione de otra manera. Hay que entender que las personas neurodivergentes, tienen una serie de necesidades distintas a las neurotípicas.
Probablemente no le guste salir con mucha gente. Tenga una batería social más baja. No le guste estar en sitios muy ruidosos o con muchas luces. Por eso, no aceptará cualquier plan, sino uno que le guste y en el que se sienta cómoda.
Seguramente también necesite estar tiempo a solas, donde pueda recargar pilas. No significa que estas personas quieran estar siempre solas. Valoran mucho su espacio personal y no dejan entrar a todo el mundo.
La mejor forma de apoyar a personas neurodivergentes es desde la comprensión y el entendimiento. Respetarlas y respetar sus necesidades. Lo que un neurotípico ve como normal, seguramente un neurodivergente lo ve como algo molesto o que no le guste. Esto producirá un malestar en la persona.
¿Todos los neurodivergentes tienen las mismas características?
Como anteriormente hemos comentado, hay distintos diagnósticos, y cada uno tiene unos rasgos que los hacen únicos. Otros rasgos los compartirán. Por ejemplo, el autismo y el TDAH comparten la dificultad de controlar los impulsos.
También tienen interacciones sociales atípicas o la velocidad de procesamiento. En cambio una persona con TDAH puede no tener un alto sentido moral. Pero este rasgo lo comparten personas con altas capacidades y personas con autismo.
Igual que el alto sentido de la lógica y la justicia, que es uno de los rasgos que hemos comentado antes. Pero sí que comparten el TDAH y altas capacidades el aprendizaje de manera no lineal y la facilidad para aburrirse de algo que no les interesa.
Por eso, no podemos clasificar a todos como neurodivergente y ya está. No todos tienen las mismas características. Y cada persona tiene sus necesidades. Cada persona tiene su nombre y apellidos, aquí también.
Un mundo no adaptado a neurodivergentes
A modo de conclusión podemos añadir que hay muchos rasgos dentro de la neurodivergencia. No todos son iguales. No todos tienen todos los rasgos. No todos son compatibles. Pero si algo podemos sacar en claro, es que son personas también. Son personas especiales con mucho potencial. Con mucho que dar al mundo.
Un mundo que no está adaptado a ese cerebro neurodivergente. Un mundo que necesita también de los neurodivergentes. Y que muchas veces superan en creces a las personas consideradas normales. No encajar en la sociedad no significa ser “rarito”. Significa ser especial.
El mejor acompañamiento es desde el respeto. Con respeto y comprensión. Empatizar en cómo se puede sentir en un sitio con mucho ruido de fondo. En una habitación con mucho ruido visual. O comiendo cosas que la textura no les agrade y lo tengan que comer por compromiso o vergüenza al comunicarlo.
Empatizar en cómo va a sentir el rechazo de la sociedad muchas veces. El comprender el porqué le molesta que se cambien los planes a última hora.
Si eres tú, el que te has sentido identificado, valórate. Haz respetar tus necesidades. Respétate a ti y a lo que te gusta. Sigue siendo como eres.
Porque tienes un mundo interior más grande y bonito por descubrir. Porqué te mereces estar cómodo contigo mismo. Te mereces entender cómo funcionas, procesas y sientes. Y si eso es ser “rarito”, también es ser especial y único.
Psicóloga Colegiada número CV-12550
• Licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia (UV)
• Máster Sanitario de Práctica Clínica por la Asociación Española de Psicología Clínica Cognitivo-Conductual (AEPCCC)
Psicóloga Colegiada número CV-12567
• Graduada en Psicología por la Universidad de Valencia (UV)
• Máster Sanitario de Práctica Clínica por la Asociación Española de • Psicología Clínica Cognitivo-Conductual (AEPCCC)