Nos dicen que el hecho de que un bebé llegue a nuestras vidas es algo precioso, maravilloso, una tremenda alegría, pero tú no lo sientes así. Acabas de ser mamá y no ves por ningún lado toda esa felicidad de la que hablan, te sientes confusa, culpable y sin ganas de ver a tu bebé. Es posible que estés padeciendo una depresión posparto.
Lo primero, tranquila, no es algo de lo que te tengas que culpar y sí, tiene solución. No estás loca, no eres mala persona ni mala madre y no es algo que hayas hecho mal.
Lo creas o no, es algo que sucede más a menudo de lo que creemos y tiene una explicación. Vamos a hablar de la depresión posparto.
¿Qué es la depresión posparto?
La depresión posparto, depresión perinatal o puerperio se da cuando, tras el parto de un bebé, la madre siente una profunda tristeza, cambios de humor, irritabilidad, culpa, sensación de inutilidad, problemas de apetito y/o de sueño y dificultad para concentrarse, entre otros.
Es común que aparezca en madres primerizas la primera semana o 10 días tras el parto del neonato. Este estado de tristeza o desorientación se le denomina con el término inglés “Baby Blues” o “Melancolía posparto”.
El problema se presenta cuando este estado se extiende en el tiempo y los síntomas se intensifican, llegando a desarrollarse una depresión profunda.
Síntomas de la depresión posparto.
Los síntomas de la depresión posparto suelen aparecer al poco de nacer el bebé, como hemos hablado ya, aunque también pueden demorarse hasta el segundo mes o en el primer año tras el parto.
Es más, algunos de los síntomas de la depresión posparto pueden darse durante el mismo embarazo, el problema es que no se contempla tanto la salud mental de la madre poniendo por delante la física tanto suya como la del feto.
Antes que nada, de nuevo, recalcar lo común que es el sentir ansiedad, irritabilidad y tristeza tras un cambio tan drástico como es la llegada de una vida (o varias) a nuestras vidas y el cansancio y cambios hormonales que supone un parto.
Cuando la durabilidad de los síntomas sobrepasan el mes y se extienden a varios meses después de dar a luz es cuando deberemos poner más remedios de los expuestos hasta el momento, es decir, no debemos esperar “a ver si cambia la cosa”.
Los síntomas de la depresión posparto son muy similares a los de la depresión mayor, solo que estos aparecen, por contexto, tras haber tenido un parto.
Algunos de los síntomas que pueden ser los siguientes:
- Inquietud e irritabilidad.
- Ansiedad y nerviosismo.
- Tristeza profunda y sensación de vacío.
- Llanto frecuente.
- Sensación de culpa.
- Sentimiento de inutilidad e impotencia.
- Alteraciones en el apetito.
- Alteraciones en el sueño.
- Dolor de cabeza, calambres, mareos o angustia que no se alivian con tratamiento.
- Sensación de estar abstraída o “desconectada del mundo”.
- Inapetencia, desmotivación o desinterés por realizar actividades (incluso las que antes sí le agradaban y hacían sentir bien).
- Dificultad para concentrarse.
- Cansancio y pérdida de energías.
- Ideas obsesivas con la posibilidad de hacerle daño al bebé o temor a quedarse a solas con él/ella.
- Preocupación intensa o despreocupación total hacia el bebé.
- Miedo a no desarrollar vínculo con su bebé o a que este le llegue a odiar.
- Pensamientos de suicidio.
Diferencias entre la depresión posparto y la melancolía posparto.
La melancolía posparto o “Baby Blues” comparte síntomas con la depresión posparto, pero se diferencian en la durabilidad e intensidad de los mismos.
Normalmente, una melancolía posparto durará pocos días o, como mucho, un mes tras el nacimiento del bebé.
Se caracteriza por:
- Tristeza y llanto.
- Ansiedad y nervios.
- Cambios de humor e irritabilidad.
- Sensación de que todo “le viene demasiado grande”.
- Dificultad para concentrarse
- Problemas de apetito
Muchos de estos síntomas pueden deberse a la preocupación por el bienestar del bebé (u otros motivos derivados, como la economía ahora que supone más gasto) y otras causas debido a la presencia del bebé (por ejemplo, estar pendiente 24 horas de los cuidados o dormir pocas horas seguidas hace que tanto nuestra mente como nuestro físico no descansen y no funcionen de una forma “adecuada”); y, por lo tanto, que esto nos afectará emocionalmente.
Con la adaptación a la nueva situación, muchos de estos síntomas desaparecerán.
¿Por qué tengo depresión posparto?
Lo primero dejar claro que la depresión posparto es algo real, no es algo imaginario o una exageración de los acontecimientos. Por ello, no te abrumes o pienses que es un problema tuyo cuando veas que otras mujeres lo llevan “mejor” o te digan que “no es para tanto”.
Cada mujer vivirá de forma diferente su posparto simplemente porque cada mujer es diferente y vive circunstancias diferentes.
Puede afectar a cualquier madre, sin importar su edad, raza, situación socioeconómica, cultura, educación, etc.
No eres culpable por sentirte como te sientes.
Es más, no hay una sola causa para padecer depresión posparto, sino que es una combinación de factores genéticos y ambientales, es decir, cómo eres y cómo es tu entorno.
Algo que afecta mucho a las madres, sobre todo primerizas, es el estrés o la exigencia que supone el cuidado de un bebé, ya sin hablar de los cambios hormonales (reales) que existen durante el embarazo y tras el parto.
Traer al mundo una nueva vida puede suponer un gran impacto emocional para la madre y más si contaba con altas expectativas propias y las que le impone el ambiente en el que vive. Si la nueva madre se exige mucho y tiene la idea rígida de que “debería poder con todo” puede contribuir a estos síntomas depresivos si no lo cumple.
También debemos tener en cuenta los cambios físicos durante el embarazo y tras el parto, cosa que puede afectar a la autoestima de la madre.
A eso le incluimos la pérdida de tiempo y libertad para sí misma y para sus quehaceres para dedicarle todo a su bebé, lo que supone no desconectar del rol de madre en ningún momento.
El cansancio, la falta de sueño, la disminución de energías y las preocupaciones por ser buena madre “a la altura” son el complemento ideal para una depresión posparto.
Sí que se habla de que una mujer tendría mayores probabilidades de sufrir la depresión posparto si cumple las siguientes premisas:
- Ser menor de 20 años.
- Consumir alcohol, drogas o tabaco.
- Haber tenido un embarazo no deseado (de esto ya hablamos en el artículo “El peso de ser un bebé no deseado”).
- Vivió un suceso estresante durante el embarazo o parto.
- Padeció depresión, Trastorno Bipolar o Trastorno de Ansiedad antes del embarazo o durante un embarazo anterior.
- Algún familiar directo padeció depresión o ansiedad.
- Tiene problemas con su pareja o es madre soltera.
- Sufre problemas económicos.
- No cuenta con el apoyo suficiente (o no lo percibe) de su familia, pareja o amigos.
Otro dato de interés es que los hombres también pueden sufrir depresión posparto (depresión paterna). Los hombres que acaban de ser padres pueden sentir tristeza o cansancio profundos, estar abrumados, ansiosos o verse alterado su apetito y patrones de sueño.
Como ves, síntomas idénticos a los de las madres que padecen depresión posparto.
Tratamiento de la depresión posparto.
Como la depresión común, la depresión posparto también tiene tratamiento y se pueden mitigar, hasta desaparecer, sus síntomas.
Lo principal es que, si lo precisas, solicita ayuda a tu pareja, tu familia y amigos si no puedes con los cuidados del bebé. No estás obligada a cargar con todo tú sola.
Si lo precisas, desahógate con quien necesites, no retengas tus sentimientos y exprésate.
No te presiones ni te exijas demasiado ahora, ya lo harás cuando estés más acostumbrada a la vida con el bebé.
Tampoco vivas con prisas por recuperar el ritmo de vida, tu físico, etc. Esto no es una carrera de fondo, pues eso solo hará que te agobies. Ve haciendo pequeños cambios, dedicándote un poco de tiempo para ti, por ejemplo.
Aprovecha cuando tu bebé duerma para descansar tú, de esta forma tu cuerpo y mente funcionarán mejor.
También puedes hablar con otras que estén pasando por lo mismo y así apoyaros unas con otras. Esto eliminará la sensación de que solo te pasa a ti.
Por último, pero no por ello menos importante, está la opción de acudir a profesionales que te ayuden con tu situación. Puedes acudir al médico o psiquiatra, si precisas de medicación en caso de que la depresión posparto sea grave, pero sobre todo, a un profesional de la psicología.
Te recomiendo que acudas a un/a psicólogo/a que trabaje la terapia cognitivo-conductual, pues es la que aporta mejores resultados comprobados a la depresión. (Si quieres, puedes contactarnos aquí para que nosotras te ayudemos).
Pero sobre todo, sobre todas las cosas, no busques ser una supermamá a costa de tu salud mental: sé la mamá que te ha tocado ser, mejorando día a día. Quiérete y quiere a la nueva personita (o personitas) que tienes en tu vida y todo irá mejor, ya verás.
Solicita una entrevista informativa gratuita.
Recibe la ayuda de psicólogos especialistas en depresión postparto que necesitas. Es hora de tomar el control y las riendas de tu vida y eliminar esa depresión que tanto interfiere en tu vida.
Si lo deseas, podemos realizar una primera entrevista informativa y gratuita, sin coste y sin compromiso. Para que conozcas cómo trabajamos personalmente y valoremos tu caso para indicarte el tratamiento más adecuado para ti. Rellena el siguiente formulario o llama al 673 78 90 18. Te esperamos.
Si estás pasando o has pasado una depresión posparto, déjanos tu testimonio en comentarios para que otras mamás sientan que no están solas y que van a poder estar mejor.