El significado de “macho alfa” se conoce a la perfección. Pero también existe su homólogo, “la mujer alfa” de la que poco se habla. ¿Sabes qué es ser una mujer alfa? ¿Consideras que lo eres? Te invito a que lo descubras por ti misma.
¿Qué es ser una mujer alfa?
Durante siglos se nos inculcó que era el hombre el que llevaba las riendas de la relación y que nosotras teníamos que esperar a ser rescatadas por nuestro príncipe azul (que luego podía convertirse en sapo o desteñirse).
Afortunadamente, vivimos en una época dónde estos roles están cambiando (aunque sea muy poco a poco). Las mujeres nos estamos empoderando y no buscamos quién nos salve, sino que sabemos que podemos salvarnos nosotras mismas.
Hasta Disney ha cambiado esa mentalidad retrograda y crea películas dónde la mujer es la protagonista sin necesidad de un príncipe azul. Como por ejemplo Mulán, Frozen, Brave o Vaiana, entre otras.
Y por supuesto no me puedo olvidar de las películas de súper-heroínas como Wonder Woman, Capitana Marvel o la Viuda Negra (se estrenará próximamente).
Aunque parezca mentira, el ver a estas mujeres alfa, empoderadas en la gran pantalla ayuda a cambiar esa visión respecto a la mujer que se ha tenido hasta ahora.
No es que las niñas de ahora ya no quieran ser princesas, que también. Pero ahora además, quieren ser super-heroínas y por qué no, hasta las malas del cuento como Maléfica. Y dependerá del día, unos días les apetecerá ser una y otros días otra. Es algo que nos pasa a todas, ¿verdad?
La cuestión es que pueden elegir, eso es lo más importante. La infancia es dónde se genera nuestra base de adulta, en todos los aspectos. ¿Qué hay mejor que brindar esa posibilidad a todas las niñas?
Ser una mujer alfa no significa ser superior o ser autoritaria, ni mucho menos subestimar ni denigrar al sexo opuesto. Se trata de ser seguras, independientes y líderes, aunque sea de nuestra casa o nuestras vidas (que no es poco).
Las mujeres alfa se caracterizan por no necesitar a nadie para ser felices, ellas mismas están completas y se sienten satisfechas. Las personas que la rodean están ahí porque ella así lo decide (esto es bidireccional, no es por coacción), no hay ninguna necesidad ni dependencia emocional.
No buscan su media naranja, sino que quieren una naranja completa que les acompañe en el camino. Son mujeres que viven su vida como quieren hacerlo y no buscan la aprobación de otros. ¿Suena bien no?
La mujer alfa ¿nace o se hace?
Todos tenemos unas características innatas, es decir nacemos con ellas. Pero el entorno que nos rodea, favorece o no el desarrollo de unas más que otras. Y con el entorno me refiero a la familia (el modelo, la economía y la cultura de ésta), la sociedad donde se nazca, el lugar dónde se viva (por ejemplo no es lo mismo en un pueblo que en una ciudad o un país u otro).
Es decir, si se nace siendo mujer alfa y el entorno es favorable, lo desarrollará. Pero también se puede hacer mujer alfa si el entorno lo fomenta, aunque no se haya nacido con esa característica. Porque puede haber tenido un modelo de referencia y tener los medios para desarrollarlo.
Diferencias entre mujer alfa y mujer con carácter.
Hay que diferenciar claramente lo que es ser una mujer alfa, segura, exitosa e independiente; de una mujer con carácter, que es capaz de llevar sacar a sus hijos adelante con fortaleza.
La diferencia es muy sutil y a simple vista puede no apreciarse. Pero la clave está en la autoestima, la seguridad que cada una tiene y proyecta. Además, de la necesidad de aprobación. En el primer caso, la mujer alfa, se percibe esa seguridad, se quiere a sí misma tal y cómo es y no necesita a alguien para sentirse completa.
En cambio, en el segundo caso, son mujeres fuertes pero a su vez dependientes y con inseguridades, y eso se ve muchas veces reflejadas en la elección de sus parejas. Se dejan llevar por sus miedos e inseguridades que les impiden destacar y tomar decisiones acertadas.
Cabe decir, que si esas mujeres fuertes se empoderan y van puliendo esas partes, pueden convertirse en mujeres alfa.
La imagen de la mujer alfa.
Aparentemente, puede parecer una mujer fría, calculadora, que no tiene pareja, ruda y hasta prepotente. Es la imagen de una mujer ejecutiva que ha adoptado ese papel para igualar y destacar en profesiones donde predominan más los hombres.
Pero no siempre tiene que ser así. Se puede ser una mujer alfa y ser cariñosa, dulce y tierna. Con, cuándo y cómo tú quieras. Ese es el matiz.
Y tampoco significa que no se tenga momentos de debilidad o de bajón absoluto. También los tiene, es humana. Pero la diferencia es que los vive, los gestiona correctamente y no se queda en ellos dando vueltas en círculos viciosos que no aportan nada.
¿Cómo ser una mujer alfa?
Busca tu independencia.
Tener libertad en distintas áreas de tu vida te dará seguridad y confianza para no depender de otro, ya sea familiar y/o pareja.
Es importante que, tanto si tienes pareja como si no, hagas un hueco para ti. Ya sea contigo misma o con amigos, pero de forma independiente.
También es importante que tengas solvencia económica propia. Para gastártelo en lo que tú quieras sin dar explicaciones.
No permitas que nadie te infravalore.
Nadie está por encima de otro ni es juez para determinar que tú eres menos en algo. Si alguien estuviera metiéndose o haciendo de menos a alguien que te importa, ¿Lo defenderías? Pues haz lo mismo contigo.
No se trata de estar siempre a la defensiva, pero sí de quererte y defenderte cuando es necesario. Si nos hacemos pequeñitas, nuestra autoestima también.
Toma la iniciativa.
Para ser una mujer alfa, debes ser dinámica y emprendedora. Empieza a ser tu propio motor y no esperes a que otros te motiven o tomen decisiones por ti.
Si algo lo tienes claro, hazlo. Sintonízate con tu voz interior y escucha cuando ésta te pide tomar una decisión o hacer algo en concreto. Cuando lo que te dice es positivo para ti y no hace daño a un tercero, no lo dudes y ve a por ello.
Ten en cuenta que las consecuencias las vas a asumir tú. Y si te equivocas, no será un fracaso sino una lección. Pero, las veces que aciertes, van a ser muy satisfactorias y vas a llenarte de tu propia energía. Sin depender de nadie.
Acéptate tal y como eres.
La sociedad impone cánones de belleza poco realistas y pasajeros. Tú como mujer, eres mucho más que todo eso.
La mujer alfa se valora, se ama y se respeta, sea cuál sea su envoltorio. Empieza a quererte y saber que eres única y especial. No te compares para perder siempre. No es sano y no tiene sentido, solo sirve para machacarte a ti misma.
Una vez empieces a aceptarte y a aprovechar y sacar lo mejor de ti, te sentirás más segura y eso se reflejará en tu actitud y en tus decisiones.
Sé intolerante.
Sí, has leído bien. No debes tolerar ciertas cosas en tu vida. Ni relaciones tóxicas, ni chantajes emocionales, ni faltas de respeto, ni dependencias externas. Da igual con quién, no hay que tolerar ni una.
Siendo fuerte, independiente y segura de ti misma hará que valores más quién entra en tu vida y para qué. Si no suma, que tampoco reste.
No aceptes migajas que otros te quieran dar, mereces en tu vida gente que te quiere y te valora. Y a los que no, puerta.
Es difícil al principio hacer esto por miedo a quedarte sola, pero es mejor poco y de buena calidad que mucho y de una pésima calidad.
Aprende de tus errores.
A nadie le gusta cometer errores, pero no somos perfectos y dentro de nuestras imperfecciones está el ensayo y error.
La que toma decisiones, debe tener en cuenta que existen dos posibilidades: acertar o errar. Ser una mujer alfa no significa acertar en todas y cada una de nuestras decisiones.
Significa, aceptar y aprender de nuestras derrotas para no volver a cometerlas y saber por dónde no ir. Y, aunque se vuelva a cometer el mismo fallo, sabes que hiciste bien en tomar esa decisión porque en el camino aprendiste una gran lección.
Desarrolla tu carrera profesional y personal.
Una de las características principales de la mujer alfa es que miran por ellas mismas. Esto implica en saber qué quieren en la vida. Buscan cumplir sus sueños y se esfuerzan por conseguirlos, no se rinden.
Si dejas que otros decidan por ti (sean tus padres, amigos o pareja), estarás viviendo la vida que ellos han planificado para ti y no la tuya propia.
Ten claro que es lo que quieres y que te llena y te hace feliz. Marca tu meta y poco a poco irás encontrando cómo alcanzarla. Si la meta es muy alta, ponte submetas que te aproximen a alcanzarla más fácilmente sin perder la motivación inicial.
Busca tu soledad.
La mujer alfa no tiene miedo a quedarse sola, al contrario, la busca y la aprovecha para reflexionar y evaluar cómo se siente y que es lo que quiere.
No podemos huir de lo que sentimos ni vivimos. Hay que parar a escucharnos y dejar fluir todo aquello que es necesario para tener un equilibrio.
Si huyes, se irá repitiendo a lo largo de tu vida en distintos escenarios y con distintos personajes pero con la misma lección, hasta que la soluciones o aceptes.
Estos ratitos de soledad son buenos para valorar en qué punto estás de tu vida y hacia dónde la quieres dirigir. Además, de apreciar todo lo que te rodea.
Ayuda a otras mujeres.
Se suele decir que el peor enemigo de una mujer, es otra mujer. Esto no es más que una lucha de egos, por destacar. Y puede que se remonte a nuestras antepasadas que tenían que luchar entre sí para ser las elegidas del macho. Dicho así, ¿a que suena hasta ridículo?
Pues es algo que seguimos haciendo de forma indirecta e inconsciente. Lo hacemos cuando criticamos a otra sin miramientos o le echamos la culpa de por ejemplo meterse en una relación (sin tener más información).
Es hora de cambiar eso, una mujer empoderada ayuda a otra a conseguir sus retos y a destacar, porque no la ve como competencia sino como equipo.
Aprecia a los hombres.
Ser una mujer alfa no significa despreciar u odiar a los hombres, y mucho menos competir con ellos.
Al contrario, se siente completa y empoderada y buscará hombres que la respeten de igual forma, sean amigos, parejas o jefes.
No se sentirá intimidada por ellos sino que buscará esa igualdad, nunca estar ella por encima.
No necesita competir con ellos, respeta sus puntos de vista y trabaja para integrar ambos en la sociedad o en su vida.
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Mantente si ya eres mujer alfa o empieza tu cambio.
Si tienes algunas de las características que he mencionado, entonces eres una mujer alfa. Te gusta ser libre, independiente, segura de ti misma, trazas tus propias metas y sobre todo eres feliz contigo misma.
No pierdas y mantén todas estas características que te definen. Es un estilo de vida que hay que practicar y mantener para que no se pierda.
Si no las tienes, no te preocupes. Puedes empezar a ponerlas en práctica desde hoy y poquito a poco. Al principio te costará y puede que incluso te parezca forzado o falso. Has como dice la expresión anglosajona «fake it till you make it», o fíngelo hasta que lo seas.
Cuando cambias tu comportamiento, tus pensamientos y tu forma de sentir, eso se transmite y se percibe desde fuera y esto refuerza ese nuevo estilo. Se llama plasticidad cerebral: cuando cambias tu comportamiento, se cambia tu cerebro.
Y tú, ¿Sientes que eres una mujer alfa?